domingo, mayo 20, 2007

El consejo de Ramón.


El nómada guarda silencio
cuando escucha el rumor a lo lejos.

Aún estábamos en el aeropuerto, cuando a nuestro lado un grupo “organizado” de turistas españoles –mercancías en transporte- se arremolinaba alrededor de un pequeño hombre, vestido de azul con una de esas camisas floreadas tan típicas en china, que los miraba con cierta conmiseración desde detrás de sus gafas. Y se lo oímos decir, alto y claro:

Recuerden, caguen donde puedan, meen cuando puedan y duerman cuanto puedan. Porque nunca sabrán dónde, cuando o cómo podrán volver a hacerlo”.


Nunca un consejo tuvo tanto sentido para el viajero.
Al menos, en China.