martes, enero 15, 2008

Hutongs




Recorrimos Beijing por segunda vez

el día que nos perdimos en uno de los pocos viejos barrios (Hutong) que van cayendo al paso de la modernidad, despejados por los pies planos de las escavadoras. Impúdicamente expuestos a la vista: cómo un secreto profanado.
El nómada no sigue los destellos, ni las llamadas. El nómada busca las grietas y es, a través de ellas, como encuentra los huecos, los descansos. La apacible experiencia del descanso de la vida. Allí donde la luz no ilumina: nos mira.

Supongo que todas las ciudades tienen sus rincones, sus calles estrechas, sus propios laberintos… lugares ocultos donde la luz descansa. Todos los hombres tienen un hutong en algún lugar del alma.

3 comentarios:

Komandante Karmaikel dijo...

lo dicho, lo tuyo es jamón ibérico de bellota 5 jotas...

a ver si la escasa pero inestimable gente que nos visita tiene a bien hacernos
algún comentario en el blog... al menos para saludarnos...se lo agradecerímos infinitamente...

porque el nómada también necesita una palmadita en la espalda de vez en cuando...

caminante no hay camino, se hace el camino con las palmadas de los demás...

Anónimo dijo...

Pero, qué viaje es éste?
Cuanto tiempo ha durado???

Es que lo leo y me pierdo pero bueno.... mola.

El Karmaikel ese parece el Machado de las palmadas haciendo camino.

Un saludo en posición firme ante tanto Komandante!!!

Komandante Karmaikel dijo...

Gracias por tu visita. El viaje terminó hace tiempo pero todavía lo estamos contando porque somos así de huevones por un lado y porque nos apetece seguir imaginando que el viaje continua por otro. Es más interesante plantearlo así...el viaje imaginario (una de las mejores formas de viajar) continua, para nosotros y para quien quiera leernos y en esas andamos...
Se agradecen las palmadas.
otras para ti kamarada.