Han cruzado los hombres las fronteras de lo humano, para rendirse a las lógicas implacables: el tiempo, el dinero, el mercado… Posiblemente, los últimos vestigios del comunismo son sólo la sombra decadente de lo que una vez fue anhelo. China –y seguramente Cuba- es el museo momificado de la Historia (con mayúsculas). Lo es, al menos, en sus formas de control. Aquellas de las que -no hay modo- no escapamos.
Pero por debajo del mundo organizado, en el discurso cotidiano de los días y la calle, en sus rincones y esquinas, aún quedan los soplos, los suspiros… la materia aliento que inspira nuestras vidas. Así viven los hombres del mundo. Así viven las mujeres: respirando.
Pero por debajo del mundo organizado, en el discurso cotidiano de los días y la calle, en sus rincones y esquinas, aún quedan los soplos, los suspiros… la materia aliento que inspira nuestras vidas. Así viven los hombres del mundo. Así viven las mujeres: respirando.
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